Flores en la cocina
Aunque, como suele decirse, nada nuevo hay bajo el sol, la utilización de las flores en la cocina se puede decir que estÔ de moda. En los mejores restaurantes nos encontramos las ensaladas y postres y todo tipo de platos salpicados de preciosos pétalos de colores y llenos de sus aromas.
Sin embargo las flores ya se usaban desde la antigüedad, por supuesto para la fabricación de perfumes, pero también en la cocina. (Y todo junto en algunos recientes postres de autor que ostentan nombres y tratan de evocar determinadas colonias de conocidas marcas!!).
Rosas, violetas, lavanda, calĆ©ndulas o pensamientos, se han cultivado ademĆ”s de por su belleza, por su aroma y sabor. A nadie le extraƱa el empleo de agua de rosas o de azahar en cualquier receta, ya que estos aromas estĆ”n profundamente arraigados en nuestra reposterĆa tradicional. En la cocina Ć”rabe y del mediterrĆ”neo no faltan las flores, ya sea en forma de extracto, o bien secas y molidas junto con especias para dar sabor.
El propio azafrÔn, sin ir mÔs lejos, indispensable en la cocina española, no deja de ser parte de una flor. Lo mismo sucede con otras especias como la vainilla. Desde luego, conviene asegurarse bien de que son comestibles y no arriesgarse jamÔs, ya que hay flores muy bonitas, como la dedalera o el acónito, extremadamente venenosas. Las flores que se van a utilizar en la cocina no deben haber sido tratadas con insecticidas, por lo que lo mejor es emplear sólo las que cultivemos nosotros mismos.
Preparación
Las flores deben cortarse por la maƱana, antes de que el sol estĆ© alto. Se escogerĆ”n flores en perfecto estado y las de mejor olor. Lo indicado es cogerlas el dĆa que se van a utilizar.
Los estambres y el cÔliz se separan y a los pétalos se les corta la parte blanca de la base que puede resultar amarga. A continuación hay que lavarlos muy bien, en un colador bajo el grifo, teniendo cuidado de que no quede ningún insecto, y por último, se secan con cuidado con papel absorbente.
Utilización en la cocina
Los pƩtalos de flores se pueden utilizar frescos o secos.
Frescos tienen menos sabor, pero quedan muy bien en ensaladas y postres, a los que aportan colorido, aroma y textura. Teodoro BardajĆ, a mediados del pasado siglo, nos da una receta de "Ensalada Marichu" compuesta de patatas cocidas, mayonesa, huevos duros y violetas frescas. Como veis, no hace falta viajar mucho, ni buscar recetas ultramodernas, ni siquiera remontarse a la cocina medieval, para encontrar estas combinaciones.
Los pƩtalos secos sirven para elaborar infusiones y tanto frescos como secos, prestan su aroma a jarabes y licores.
Jarabe de flores
Para 250 mililitros de agua, se cuecen 125 gramos de pétalos de rosa y 400 gramos de azúcar. Se disuelve bien el azúcar y a continuación se cuece 10 minutos y se cuela.
Otra forma de hacerlo es la siguiente: hervir la mitad del agua y dejar los pĆ©talos en infusión durante 2 horas. Con el resto del agua y el azĆŗcar se hace un almĆbar y se mezcla con el agua de la infusión colada. Este jarabe es susceptible de diversos usos en postres, helados, cremas, bizcochos, frutas, etcĆ©tera. AdemĆ”s puede servir para baƱar pĆ©talos o flores que se utilizan como elemento decorativo.
Con los pĆ©talos frescos se elaboran mermeladas, confituras y jaleas. TambiĆ©n se pueden preparar escarchados. AsĆ lo hacĆa la famosa confiterĆa madrileƱa "La Violeta", que abrió en 1915 en la plaza de Canalejas y cuyo dulce mĆ”s famoso eran las violetas naturales escarchadas, y su sucedĆ”neo económico: los caramelos de violeta.
Para escarchar
Se utilizan pĆ©talos de rosa, violetas y flores de manzano o cerezo entre otras. Se lavan bien y se secan perfectamente. Se baƱan con una capa muy ligera de clara de huevo y se cubren con azĆŗcar blanquilla, en fina capa tambiĆ©n. A continuación se extienden sobre una rejilla y se dejan secar. Se conservan uno o dos dĆas.
Para aromatizar azĆŗcar
Se mezclan con azúcar blanquilla a razón de una taza de pétalos de rosa o violeta (apretÔndolos un poco) por cada dos de azúcar. Si se quiere un sabor mÔs fuerte, se pueden triturar los pétalos. A continuación se extiende la mezcla en una bandeja de horno y se introduce en el horno a 50º hasta que esté todo bien seco.
Otra forma de hacer azĆŗcar aromatizado es mezclar 50 gramos de pĆ©talos por cada 200 de azĆŗcar y guardar en botes hermĆ©ticos durante 15 dĆas.
En ambos casos, se cuela despuƩs para eliminar las flores.
Este azĆŗcar sirve para todo tipo de reposterĆa o para aƱadir a las infusiones.
12 de septiembre de 2011
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